Cálida boca, sabor a primavera,
entretejiendo caricias suaves,
labios que se posan con ternura
sobre la piel, susurrando deseos.
Nace un manantial de besos,
deshojando lentamente
la flor más dulce de los anhelos,
un jardín secreto de pasión.
Olas de fuego recorren el pecho,
tierra fértil, húmeda de suspiros,
sedienta brisa que juega atrevida
en el vaivén de un dulce encuentro.
Se unen los labios,
bajo el sol ardiente de un beso eterno,
surge un enjambre de sentimientos
que alzan sus alas al alba deseada,
bañada en fuego y en magia.
Robando la esencia con un beso voluptuoso,
que envuelve y abraza el alma y el corazón,
en un pacto silencioso de amor infinito.
(Dulce Brisa)