CONFESION DE UN AMOR QUE NO SE RINDE
No me olvides mujer, no me olvides,
que no hay flor que resista sin rocío,
ni llanto que dure para siempre,
ni cuerpo que resista gran calvario.
Enséñame a vivir con alegría,
quiero caminar junto a ti, si es tu deseo.
No te imploro, ni suplico, ni me humillo,
solo pido con amor y con respeto.
Enséñame a reír con alma y vida
a disfrutar los favores que me ofreces,
a sentir con el alma los placeres,
y a no mendigar amor al que me olvida.
Enséñame a olvidar los sueños rotos,
a calmar mi dolor por las partidas,
a sentir que la vida aun es hermosa,
y a gozar los placeres que me brindas.
Te sueño entre nubes y algodones
y escucho que me nombras con cariño,
me llamas y me dices que ahí estas,
esperando que me lance a tu regazo.
Si alguna vez dudas que te quiero,
aléjate pronto si es preciso,
porque si dudas de mi amor sincero,
nuestro amor no resistirá tal derrotero.
Autor: Fabio Bohórquez Rodríguez.
Registro No. 12-455-082.*
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