Atravesando murallas voy dejando algo de mí en ellas…
restos de historias,
tempestades que forjaron mi ser,
cicatrices que hoy nos brinda este teorema sin hipótesis,
escrito sobre una hoja otoñal de septiembre.
Con un trémulo escozor circulando por mi cuerpo frágil,
aunque de vista heroico... me detengo...
¿Vale la pena realmente?
Sabremos eso cuando los perros dejen de ladrar y los felinos dejen de lamerse...
¿Vale la pena?
Que la esperanza solo alargue el sufrimiento, impidiendo que mis lágrimas alcancen el suelo firme, aunque fangoso...
Pero todo cambia cuando dejas caer tu sonrisa sobre mi mirada ingenua y... eso sí vale la pena