¿A qué me aferro? Si nunca hubo nada tangible y nada palpable.
¿A qué recuerdos me he de aferrar? Si las veces que nos vimos y los recuerdos que compartimos los cuento en un segundo.
Todo el tiempo que nos escribimos, lo pienso ahora pérdido.
Haciendo memoria, me dí cuenta de que todo esto sólo se mantuvo así porque yo elegí quedarme. Me quedé y soporté todo y lo poco que me dabas, así que no vengas después a decirme que te importo porque eso no te lo creo tampoco.