¿No me quieres, pese a todo lo que hice?
(Tríptico poético)
Parte I – Él
Yo te moldeé en barro, y él en amor,
del fango extraje tu indigente ser.
¿Cómo osas traicionar mi fiel favor?
No eras más que despojo sin valor,
te di forma y alma, te hice renacer.
Yo te moldeé en barro, y él en amor.
Tu falsa luz es solo mi clamor,
un cuerpo roto que aprendí a querer.
¿Cómo osas traicionar mi fiel favor?
Sin mí no eres más que promesa y error,
hiena te enseñé lo que era el placer.
Yo te moldeé en barro, y él en amor.
Juraste ante mí, esclava y salvador,
huyes, pero el abismo va a morder.
¿Cómo osas traicionar mi fiel favor?
Haré de tu arrogancia mi rencor,
no queda en mí un lugar para caer.
Yo te moldeé en barro, y él en amor.
¿Cómo osas traicionar mi fiel favor?
Parte II – Ella
No acepto más tu falsa redención,
de todo lo que fuiste me zafé.
Tu ayuda no me hizo tu posesión.
El ego fue sentencia sin visión,
un cáncer que arranqué cuando escapé.
No acepto más tu falsa redención.
Puliste lo que ardía en convicción,
lloras porque nunca me doblegué.
Tu ayuda no me hizo tu posesión.
Soñaste con forjarme sin razón,
pero era yo la estatua que se fue.
No acepto más tu falsa redención.
No puedes aceptar mi elevación,
no nace de tu luz, sino de mi fe.
Tu ayuda no me hizo tu posesión.
Tu amor fue veneno y contradicción,
la esclavitud impuesta, la negué.
No acepto más tu falsa redención.
Tu ayuda no me hizo tu posesión.
Parte III – Dúo
No fuimos más que un pacto de altivez.
Tallar no es amar: fingimos certeza.
Morimos por piedad... o estupidez.
No hubo amor ni perdón, solo ajedrez,
dos piezas sin honor, sin fortaleza.
No fuimos más que un pacto de altivez.
Te amé pérdida, incluso en tu acidez.
Me soñaste débil, cruel, sin nobleza.
Morimos por piedad... o estupidez.
Narcisista oculto en falsa honradez,
sed fue la unión, gangrena en la torpeza.
No fuimos más que un pacto de altivez.
Te labré cuál treta de mi niñez,
nos rompimos antes de la tristeza.
Morimos por piedad... o estupidez.
Fui el error que amaste por frigidez.
Fuiste el grito sordo en mi realeza.
No fuimos más que un pacto de altivez.
Morimos por piedad... o estupidez.
La Hechicera de las Letras.