LA LLUVIA Y EL ALMA
La lluvia golpeaba el cristal
en el preciso instante
donde el silencio,
como un suspiro,
acariciaba el alma.
No era la noche:
era la música secreta.
Cada gota un pincel
pintando vida en la ventana,
cosiendo sombras a la tierra.
Y entre sus hilos de agua,
frágiles y eternos,
redescubrí el pulso olvidado:
el latido de volver a ser humano.
— LMML