¿Cuántas dichas me ha dado el mar?
El cantar de las aves en la mañana,
acompañar al abuelo a nadar,
cuerpo de agua que se hace maraña.
¿Cuántas veces lo he visto?
No es el mismo siempre,
pero aun así lo quiero,
aunque cada día seas diferente.
¿Pero qué, no es parecido amar a alguien?
Lo conoces un día, y podrán pasar varios soles,
y seguirá cambiante toda la existencia.
Amar una idea fija es aterrador.
Tú no has cambiado como el mar.
Las playas de mis tierras a veces se tornan grises,
aunque no falte por ahí alguien que se enamore
cuando las olas son más ríspidas y tristes.
Has cambiado más lento, apenas lo veo en tu cara,
pero para mí eres bellísima, aunque ya me seas extraña.
Y me enamoré de ti, de una idea que probablemente ya no sea.
¿Pero quién quita que eso no es lo que debe sentirse el amor?
Porque me embeleso de ti como cuando conozco una playa nueva.
Cuando te he encontrado de nuevo, mi corazón se desenfrena:
cabellitos cafés, tus ojos bonitos y tu sonrisa plena...
No sé qué emoción más bonita habría que estar contigo en la arena.