Rosa Mejía
El tiempo se mide sin ti
Y qué triste, amor,
que no seas mío.
Que aunque me quieras
yo no puedo enamorarme.
Y si te amo saldré corriendo
hacia otra parte
porque al no ser mío,
no se me permite el poder amarte.
Aún no sé cuánto tiempo he vivido
deseando tu cuerpo
y que volvieras a besarme
como antes, como siempre,
infinitos,
como estrellas que fulguran
en el aire.
Qué triste, amor,
este amargo momento,
de mi tiempo que se mide sin ti.
Quisiera romper con todo aquello que nos ata:
las mentiras, las verdades,
los compromisos inquebrantables,
y esos sueños que se convirtieron en promesas.
La realidad nos supera, mi amor,
y es que aún deseándonos,
no podemos amarnos a rienda suelta.
Si por mí fuera, me quedaría con tu sonrisa toda una vida entera
aunque nuestra historia, fuera una historia incompleta.
Desde el día en que supe de ti,
por primera vez, quedé cautivada.
Una caricia desde el alma es tu mirada.
Esa que siempre se enciende de madrugada.
Que el tiempo no olvida y te dedica estas palabras.