M de manos abiertas,
de movimiento sincero,
de momentos que no buscan brillo,
sino presencia.
Servir, sin cadenas ni condiciones.
Ser, sin esperar aplausos.
Estar, porque mi promesa es mi presencia.
Vivir, porque ayudar es respirar con sentido.
Mi vida, mi corazón, mi coraje, mi ser.
Todo lo doy sin que me lo pidas,
porque así es como amo.
No soy esclavo, pero elijo entregarme.
Libre en todo,
pero dispuesto siempre.
Porque el servicio es mi lenguaje,
y lo hablo mejor que con palabras.
No suelo ser bueno diciendo lo que siento,
pero sí puedo demostrarlo.
Y en eso,
cumplo el propósito por el que vine al mundo:
Amar, sirviendo.