Revestidos y maquillados,
parecian dos actores de película.
Calendario,
plagado de grises.
La novedad de cada jornada
era hacer lo mismo.
Empezaron a comunicarse,
desnudos.
La mayoria de las veces
parecian mudos.
Expertos en lenguaje
de caricias y besos.
Piel con piel,
para terminar uno oliendo al otro.
No habia dos dias iguales.