Freddy Kalvo

En mis recuerdos...

Tú no mueres si yo vivo,

siempre estás en mis recuerdos;

si te olvido, será muestra,

que también me encuentro muerto.

 

Con los años uno entiende

que la vida es un momento;

y también la sacra muerte

si las dos forman un dueto

que caminan de la mano

como yunta y aparejo.

 

Tú no mueres si yo vivo,

siempre estás en mis recuerdos;

si te olvido, será muestra,

que también me encuentro muerto.

 

Y tú vives en la flor

y en el agua y su reflejo,

en la lluvia cuando cae

cuando llega el fuerte invierno;

en la hermosa primavera

y en el canto de un jilguero

cuando canta en la mañana

en las ramas de algún cedro

como dándole a la vida

con su canto un mundo nuevo.

 

Tú no mueres si yo vivo,

siempre estás en mis recuerdos;

si te olvido, será muestra,

que también me encuentro muerto.

 

En mi pensamiento vives

cuando escribo cada verso

y mi pluma, te describe,

tus verduscos ojos bellos

del color de la pradera

y también de árboles buenos

que miro por el camino

y observándolos te pienso

porque nunca has de morirte

si tú vives en mi pecho.

 

Tú no mueres si yo vivo,

siempre estás en mis recuerdos;

si te olvido, será muestra,

que también me encuentro muerto.

 

Te recuerdo siempre alegre

en mis horas de silencio;

te recuerdo en cada aurora,

que aparece allá a lo lejos

y mis ojos la disfrutan

porque ahí te veo dentro

como luz que me ilumina

cada paso y cada tiempo,

cada noche cuando paso

por penurias y desvelos,

porque Madre, Madre mía,

tu recuerdo siempre es nuestro.

 

Tú no mueres si yo vivo,

siempre estás en mis recuerdos;

si te olvido, será muestra,

que también me encuentro muerto.