Desprecias todo de mí, desprecias mi presencia, desprecias mi cariño y mi insistencia.
Desprecias mi piel cuando te toca, también desprecias mi existencia.
Desprecias mi forma, mi apariencia, mi imagen; desprecias mi esencia.
Desprecias el aroma de mi cuerpo, mis manos cuando te acarician y mis besos.
Desprecias mis palabras, mis suspiros y hasta el latido de mi corazón desprecias.
Desprecias que te abrace, desprecias que por ti muera y cada mañana despierte para amarte.
Desprecias mi paciencia cuando me hieres, o me lastimas sin remordimiento y culpa.
Desprecias mi mirada, mi calma cuando me ignoras y siempre me rechazas con excusas.
Desprecias mi bondad, mi lealtad y mis ganas de llevar las cosas en paz.
Desprecias mis ganas de tenerte, de besarte incansablemente y desearte cada noche.
Desprecias todo de mí, que no entiendo por qué estás a mi lado cuando tienes a dónde ir.
Desprecias lo que soy, desprecias mis palabras, mi silencio; lo que venga de mi.
Desprecias cada minuto, cada hora y segundo, desprecias mí mundo, desprecias todo en absoluto.