𝐂𝐚𝐫𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐞𝐝𝐢𝐝𝐚
Te escribo estas palabras con el corazón hecho pedazos, con la certeza de que no importa cuánto nos queramos, a veces el amor no es suficiente.
Nos perdimos en el intento de salvar algo que, sin darnos cuenta, ya estaba roto.
No sé en qué momento dejamos de ser ese refugio seguro para convertirnos en el huracán que nos destrozo.
Lo intenté, intentamos… pero el amor no debería doler tanto.
Me llevo nuestros recuerdos, cada risa, cada mirada cómplice, cada promesa que en su momento creímos eterna.
No quiero olvidar lo bonito que fue amarte, aunque ahora duela el doble.
Sé que un día dejaras de doler, que el tiempo hará lo suyo, pero mientras tanto, te extrañaré en cada rincón de mi alma.
Me despido, aunque mi corazón aún grite tu nombre.