Nicolás Zalacaín

Una vez al mes

Una vez al mes

 

 

Una vez al mes apoyas los pies sobre un espejo  que refleja tus piernas gastadas ; tu rostro empieza a tener arrugas,

la primera vejez y el espanto de parecerte a tus padres.

Gentilezas en la puerta de la ira  habilitan las mieles de la visión,

que se extinguen a fuego lento,

para  vivir en la contradicción.