Damián faune ponts

Soliloquio desventurado

En el filo de la duda, donde el alma se desnuda, un abismo me provoca, una senda que es y no es. ¿Será locura o destino este impulso repentino de soltar las viejas anclas y navegar sin después?

Me habla el viento de otros lares, de inéditos azahares, de tormentas que acrisolan y enseñan a resistir. La comodidad me anuda, con su voz de seda, muda, pero un eco en mis entrañas me conmina a partir.

¿Y si el mar es solo un sueño y yo el único dueño de esta barca que zozobra en mi propia tempestad? ¿Si al otro lado no hay nada, solo la estela salada de un anhelo que se agota en su propia vastedad?

Mas prefiero la intemperie, el azar que me lidere, a la calma que corroe la fibra del corazón. Que la vida es riesgo puro, un salto en lo oscuro, un verso escrito en el aire, sin métrica ni razón.

Así hablo a mi reflejo, a este yo, audaz y perplejo, que se asoma a la ventana de un futuro por crear. Y aunque el miedo me recorra, y la incertidumbre aflore, en este soliloquio  incierto, me decido a zarpar.