maríaa

Puedo perdonar mis heridas.

Puedo perdonar mis heridas,

 

me estoy dejando de destruir en nombre del dolor y de la incomprensión,

 

haciéndolo por papá y por el abuelo,

 

por todos esos que están y han estado atrapados en una cruel, adictiva y destructiva danza,

 

pero sobre todo por mí.

 

Tan solo era una niña,

 

que se sentía sola y buscaba llenar ese vacío que no se llenaba ni con amor ni con esperanza,

 

de alguna forma lo sigo siendo,

 

pero aprendo,

 

aprendo a curar mis heridas,

 

a cuidarlas,

 

a no reabrirlas,

 

perdonarlas.

 

A veces me equivoco y me hago daño y vuelvo a sangrar,

 

pero cada vez menos.

 

He decidido dejar de temblar y empezar a crecer,

 

dejar de desear y empezar a tener,

 

dejar de matar mi amor.

 

No quiero morir, quiero amar.