¿Dormiste bien?
La cama engrandecida
por mi irme no te dio
miedo, ¿no te hizo sentir
como una bola de paja
de esas de las pelis del O
este que ruedan bajo un
sol de justicia en compañía
de otras, hermanas?
Me alegro de que te dieras
cuenta de mi no estar a tu
lado cuando despertaste
del todo, cuando no tenías
espacio para añorarme, ni
para sentir el desierto de ver
te indefensa ante tanta sábana
bajera ambiente; y es que tu
descanso es mi descanso, si tú
estás oquei yo también como si
fuésemos vasos comunicantes
en un laboratorio abandonado,
solo, de un colegio que acaba de
cerrar su lectividad y espera la
demolición de bolas de piedra con
tratadas por el ayuntamiento.
¿Dormiste bien?
Y yo que me alegro si tu respuesta
es que sí.
Ya si eso me cuentas.