La vida no siempre brilla,
pero siempre sigue.
A veces duele sin razón,
y otras te regala sonrisas
cuando menos las esperás.
Hay días que parecen eternos,
y noches donde no sabés quién sos.
Pero también hay momentos
que te salvan sin que nadie lo sepa.
A veces te caés,
y no hay nadie para levantarte,
pero igual te levantás.
Porque la vida es eso:
seguir, aunque duela.
Es mirar el cielo
aunque tengas los ojos mojados,
es reírte cuando creías
que no ibas a poder más.
Y aunque a veces parezca injusta,
la vida también es hermosa
cuando alguien te mira con amor,
cuando un abrazo sincero
te acomoda el alma.
No todo se entiende.
No todo se explica.
Pero hay algo que es cierto:
cada día que seguís,
ya es una forma de ganar.