Muslamen bellotero en corte fino,
loado es el andar de tu pezuña;
veta rojiblanca haciendo cuña,
eres el más límpido y porcino.
Pata sometida a su destino,
diga lo que diga cuando gruña;
¡mánchame la lengua, que se bruña!
sola o maridada con buen vino.
Marcado a fuego llevas en tu nombre
que no hay jabón ni agua que te lave,
y no existe en la Tierra un solo hombre
que habiéndote catado menoscabe
tu intenso paladar y no se asombre.
Esto es jamón, quien lo probó, lo sabe.