Alexandra Quintanilla

No. Funciono

Yo…
no funciono.

Tengo una enfermedad.
Imagino cosas que no son.

El doctor dice que deliro,
y la gente lo llama locura.
Puede ser,
no lo sé.

Pero contigo,
las luces se apagaban cuando se apagaba el día,
y contigo, las luces se encendían cuando llegaba el sol.

Pero sin ti,
es noche a todas horas.
No hay sentido.
La gente solo dice cosas,
cosas que no quiero ni pretendo entender.

Y he estado teniendo sueños raros,
y no encuentro explicación.
Comienzo a querer entender lo que todos dicen.
¡Odio ese sentimiento!

No son buenos momentos para pertenecer aquí,
lugares en donde estuviste
y ahora no te he vuelto a ver venir.

Contigo era distinto:
Si el cielo era azul, entonces sencillamente era.

Pero sin ti,
todo es negro,
cuando no hay un nosotros.

Los colores,
las imágenes,
los rostros de la gente y los objetos.

Mi cabeza grita: 
¡solo es el físico!

Pero contigo
era profundizar más allá de la piel.

Y sin ti,
está el que no es tú, y dice:
“Ámame, cariño”,
y de mi pecho no sale nada.

Mientras contigo no hacía falta que lo pidieras,
sucedía por innata consecuencia.
Te amaba y era innegable.

Pero ahora, todo es oscuro.
ahora todo sabe a hiel.

Porque,
¿por qué tuviste que fallar?
¿No fui yo suficiente?

Ahora, me enfrento a un mundo sin ti,
para el que no fui preparada.
O al menos así lo veo hoy por hoy,
mientras las manecillas del reloj no avanzan,
y solo se escucha el sonido de la nada mientras la ciudad descansa y en el lapso, atrapada en el silencio de esta madrugada me pregunto:

¿Descansas tú en esa gran manada también?