¡Hoy, mi corazón está compungido
sintiendo el vacío de adioses
para siempre,
vividos desde la lejanía...
solo mi presencia espiritual
con el pensamiento
y fuerza interior!
A mis tres hermanos...
A mis dos sobrinas...
los he despedido
con el alma en llanto
sintiendo
el dolor del silencio!
¡Ay!... ¡cómo duele la distancia
y la ausencia
de sus jococidades, abrazos,
conversaciones
y diarias bendiciones!
En mis sueños los veo
sonreír entre nubes celestiales,
quedando solo el abismo
entre esta dimensión y la otra,
con la esperanza de un reencuentro
en la gloriosa Resurrección!
Nhylath