Me sonríe
me deduce,
es la respuesta al enigma
de su plano vientre.
Me suspira
me sacude
con la gracia de los rizos
colgados en sus huesos
untados de piel.
Coqueteamos
rozando el aire
que divide nuestros cuerpos
sin despegar nuestras almas
enamoradas.
Es mi libertad
soñada
en el silencio
de sus inocentes labios.
Somos
la sensualidad
andando libre
del deseo.