max 2024

Para mi boton de rosa

En el umbral del sol, cuando la 

despierta el orbe con su luz primera,

un botón de rosa, aún sin aurora,

en su cuna de verde se esmera.

Pequeño nudo de promesa encierra,

un secreto carmesí por desvelar,

la ternura de la tierra que lo encierra,

un silencio de aroma, a punto de estallar.

No hay nombre que lo marque, ni mano que lo siembre

con pretensión de fama o de renombre,

solo el rocío de la noche que lo cubre,

y el susurro del viento que lo asombre.

Anónimo en su tallo, humilde y puro,

espera el beso cálido del día,

su destino de pétalos, seguro,

la ofrenda de su efímera alegría.

Quizás lo mire un ave al pasar volando,

buscando el nido entre el follaje denso,

o el sol, con su rayo lento, acariciando,

le descubra el misterio más inmenso.

No sabe de pasiones, ni de amores,

ni de adioses que el tiempo desvanece,

solo la ley de sus propios colores,

la sabia esencia que en su ser florece.

Es un regalo mudo, sin remitente,

para el ojo que sepa detenerse,

para el alma sensible, que latente

sienta el milagro antes de perecerse.

En su quietud reside la belleza,

la perfección de un sueño no contado,

una pequeña y dulce fortaleza,

un corazón de seda, aún cerrado.