Tu silencio me inquieta.
¿Qué estás pensando?
Hago esfuerzos por entenderte.
Tu silencio me incomoda,
me hace ruido,
me llena de incertidumbre y de inseguridad.
¿Qué pensás cuando pensás?
Te conozco de memoria.
Tanto,
que con tan solo un movimiento ya sé cuál será tu próxima dirección.
Elegiste la izquierda: lo sabía.
Elegiste dar la vuelta: también lo sabía.
Te conozco tanto…
pero nunca llegué a entender a dónde van tus pensamientos cuando callás,
cuando me mirás con desgano,
cuando me dejás horas en silencio,
aunque ambos estemos yendo en la misma dirección.
Habito mucho esta soledad.
Por favor,
no me hagas odiarla.
Conozco cada recoveco del silencio.
Por favor,
no me obligues a elegirlo.