LUIS ROMERO

Restos

Restos

Solo me queda la sórdida estela

de ese mórbido amor desalmado,

queda un canto que es lóbrega esquela

y un recuerdo cual hierro afilado.

 

Quedan voces de cruel desencanto

con sus ecos de tacto cortante,

pregonando que fuiste diamante,

y ahora solo causante del llanto.

 

Queda poco de ti en esta mente

reina mantis que todo devoras,

queda un pecho que añora ferviente

no mirar más funestas auroras.

 

De ese amor que nos dimos a besos

ya no queda la franca materia,

ya no queda ni polvo de huesos,

quedan restos de historia y de histeria.