Asung Pen

INCENDIO

Déjame incendiar el cielo,

verlo danzar en fuego.

 

Su azul me asusta,

me inquieta.

 

Déjame incendiar el cielo,

rayarlo con mi visión de desencanto y quemarlo.

 

Sí,

quemarlo,

verlo arder,

 

verlo retroceder a un lugar de oscuridad.

 

Déjame incendiarlo

con palabras malditas,

quemar sus nubes,

dejarlas flotando,

incendiadas.

 

Déjame incendiarlo y ver que queda:

ver si las cenizas de cielo existen;

ver nubes quemadas yaciendo como cuerpo de naufragio;

ver lluvia quemada,

erizada,

agonizando con espasmos.

 

¡Por la cresta, déjame incendiarlo todo!

 

Para

iniciar un nuevo orden de dolor,

un nuevo orden moral,

un nuevo modo de trabajo,

un nuevo modo de ganar,

un nuevo modo mundial,

un nuevo modo de amar a los más débiles,

un nuevo modo de dar justicia,

un nuevo modo de jugar con los niños….

 

(Seguramente vendrá un imbécil y quemará mi nuevo cielo azul)