Lo quería de siempre.
De todos los ayeres
y los bellos momentos.
Y, cómo no quererlo,
cómo no recordarlo
si un día cuando joven,
me había llevado
a conocer el mar.
Aprendí de por vida,
a quién hay que querer.
L.G.
(In memoriam-
12 de Julio/2006)