VERA ANGEL

La mañana de un viernes

El mundo de los sueños es tan efímero, no te provocará el mismo erotismo que estas palabras.  

Podríamos quedarnos tú y yo, solos  

En la eternidad de algún poema,  

¡De un momento, gemido,  

Un orgasmo! solos en el silencio en contemplación.  

Y tararear esa tonada al oído creando una orquesta de besos y sinfonía de caricias que nos lleven a esa mañana entre cobijas y sábanas buscando calor en nuestros besos.  

¿Te quedarás esta mañana?