CUÁN DISTINTOS.
Soy noche terminada sin que espere,
la luz de un nuevo día que me aliente,
soy el sueño que marcha de repente,
otoño gris que poco a poco muere.
Tú eres sueño de amor que a mí se adhiere,
el denso resplandor del sol naciente,
que deja un beso pálido, en mi frente,
que roza, me acaricia; que me hiere.
Qué distintos los dos, tú, suave brisa,
que para hacer camino tiene prisa,
yo, un reloj con las horas ya vencidas.
Tú, una página en blanco sin historia,
yo que la vida vivo de memoria;
para los dos distintas las medidas.
KIN MEJIA OSPINA