Carlos Baldelomar

¿Cuál de todas eres tú?

La desposeída que aguarda

quieta y callada

Tras el mostrador,

que sin querer, 

iluminas.

 

La que, en un par de palabras,

deja ir un deseo

como bala perdida,

a reventar los sesos

de un pobre hambriento 

Loco y distraído.

 

O quizás eres esa que imagino,

en una tarde cualquiera,

atenta a una palabra mía,

en el borde de una mesa,

a diez centímetros de mi mano,

que finge no temblar...

Pero tú sabes,

que no siempre 

temblamos de frío.

 

Ojalá —de todas ellas—

siempre exista una.

Porque, igual que tú,

hay muchos que viven en mí.

Por mencionar algunos:

el hambriento, de tus formas;

el tonto, que iluminas;

y otro loco

—que por ahí—

dice que te quiere.