Franjablanca

Asesino en serie

Con el agua hasta el cuello cada día

y las cuatro metáforas que intento

me levanto sin más filosofía

que vivir, y con eso me contento.

 

Al juez de la pasión le tiembla el pulso,

mis ripios de bufón no te hacen gracia

y el vino continúa con su discurso

de darme otra botella que no sacia.

 

Tu corazón se enfría a la intemperie

y el mío, entre tanta estratagema,

le da limosna al asesino en serie

que busca el corolario a tu teorema.

 

A falta de satanes y de glorias,

aburro a mi fantasma cuando pasa

contándole de nuevo las memorias

del frío purgatorio que te abrasa.