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Ve y observa en las losas de los muertos,
cortos son los caminos de la vida,
como un sueño que nace en despedida
y despierta entre espíritus inciertos.
Ve y aprende que no hay ojos abiertos,
no hay razón, no hay suspiro, no hay herida,
toda causa vivió y quedó vencida
y se pudren errores con aciertos.
El afán por dominios petulantes
solo es sombra, fantasma que acompaña
y que nunca ilumina por grandeza.
Se disuelven primores y brillantes,
solo hay brillo en un filo de guadaña,
el brillo que disuelve a la belleza.
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Jhetsefany