Lealtad
No recuerda cuántas veces la vida
puso a prueba su lealtad,
con promesas que ofrecían
lo que en silencio dejaron de entregar.
Pudo perderse en otros brazos,
desahogarse en la pasión,
vivir el fuego de un instante,
disfrutándolo con justificación.
Pero incluso al borde del abismo,
se contuvo y logró regresar,
porque su lealtad no dependía de un impulso,
sino de quién eligió para siempre amar.
Se resistió, aunque el silencio lo cubría,
caminando bajo la sombra del ardor,
porque tenía claro que, aunque existan mil espejos,
solo en uno se mira con mucho amor.
Laura Meyer