Ficción como forma de existencia
Hay realidades que no caben en los hechos. Hay presencias que no se sustentan en cuerpos, y memorias que no obedecen al calendario. Desde esta fisura en lo concreto emerge la ficción, no como escapatoria, sino como modo legítimo de ser.
No escribo para inventar mundos, sino para escuchar los que ya murmuran en los márgenes. El árbol que se agita cuando tú pasas, el patio que se entristece en tu ausencia, la casa que se estremece ante tu silencio... ¿son meras metáforas o voces reales que la lógica no quiere oír?
A veces los fantasmas se presentan sin argumento. Dicen que no existes, porque sí. Y sin embargo, te acomodo, te apretujo, te reservo, y en mi pelo te grito. ¿Quién podría afirmar que eso no es real?
La ficción es mi forma de existencia porque el mundo, tal como me lo enseñaron, no basta.
Kemi la de tierra negra en medio de montañas abre su vientre a la lluvia que viene de África entre inundaciones torrenciales.
Yo nací en Menphis, me escupió un dios cuando todo en la tierra era nuevo y el orden comenzaba a ejercer su poder.
Tengo intuiciones faraónicas, un amigo querido me llamaba “El gran único” es un título y una frase elaborada en el inicio de los tiempos y en cierta forma la momia de Ramses en el Museo del Cairo tiene un parecido con mi perfil, un perfil que parte de cero en busca de la verdad, pero no la verdad antagónica del mito, si no de mi verdad, esa verdad que no me hará libre, porque mis pasos me llevan a la esclavitud de lo verdadero que no admite contradicciones. El sólo hecho de pensar que vivo en otro mundo es la afirmación de que otros mundos existen, mas allá de teorías científicas y más allá aún de lo que consideramos realidad,
Y sin embargo mis frases y sus palabras nacen de una inmediatez que no admite réplica, mis versos son el producto de un esfuerzo fallido porque por mucho que trato de decir con estas palabras que entiendo y ustedes también entienden, no existe traducción de lo que sucede dentro de mí cuando escribo en el idioma interior de mi sinceridad sentimental,
Rubén preguntaba ¿Quién que es, no es romántico? Y yo digo El que es romántico, ¿Cómo puede ser de otra manera? He allí los clavos de mi cruz, en el calvario de mis versos.