Como el rumor del puerto,
sabes musitar poderosa a pecho abierto,
latiendo latiendo...
Y el aire del cielo
es tu voz que hace crecer al viento,
estallando a mi lado...
Más te coloco un collar en el cuello
y te cierro el círculo,
entre la fuerza del mar y el cielo bravío...
¡Mujer que te conozco!
que cada vez que me sumerges renazco
y al sacudirme me excito...