Carlos Eduardo

Solos

 

Solos

preciosa mía,

sobre la pradera del tiempo,

iluminándonos con la paz de tu sonrisa,

tomados de las manos de arcilla

fundiéndose,

el sonido cadencioso de nuestra voces

se fusionan,

altavoces suavemente

rompen el silencio de la noche,

se escucha

ET SI TU N\'EXISTAIS PAS,

bailamos cobijados en una nube,

el mundo gira afuera,

nosotros pausadamente

necesitándonos a morir.