Ricardo Castillo C.

CUANDO EL TIEMPO JUEGA EN CONTRA

El tiempo es un juez sin alma ni pena,
que borra caricias sin ver el dolor.
Nos da primaveras cuando es demasiado tarde
y roba los besos que dicta el amor.

Tú eres el alba, yo el sol que se apaga,
y aunque mis manos te quieran tocar,
el tiempo nos dice que todo es en vano,
que nada a su sombra podrá perdurar.

¡Qué ironía amarga la que nos toca,
qué cruel sentencia nos da el destino!
Tú apenas empiezas a amar la vida,
yo ya transito mi último camino.

Pero no importa si nunca me tienes,
si este naufragio no tiene final.
Porque en tu risa mi muerte renace,
y aunque me duela, me hace soñar.