Mbappe

Pa habernos matao

Tengo una historia triste que contar. Mi racha de mala suerte dura ya mucho tiempo y empiezo a pensar que estoy gafado. Como esto siga asi tendré que ver a algún brujo para que me quite el cenizo.

Les cuento...Mi historia comienza hace unos 8 años, cuando me encontré en la calle un perro y decidí llevármelo a casa para cuidarlo. No era un perro de raza pero yo estaba encantado con él y el me quería mucho. Le puse Pesyí de nombre. Todos los días me preparaba mis pantuflas al lado del sofá y me ponía el mando a distancia de la televisión sobre la mesa. Así, cuando yo llegaba cansado del trabajo, no tenía más que tumbarme en el sofá y descansar a ver la tele. Incluso abría el frigorífico y me traía cerveza cuando me ponía a ver algún partido de fútbol para que no me levantara. En lugar de cuidarlo yo a él, él me cuidaba a mí.

Eramos muy felices juntos, pero desde que yo era pequeño, siempre había soñado con tener un perro con pedigrí. Total, que un día pasé por una tienda de mascotas y ví en el escaparate un perro precioso con Pedigrí, me encapriché de él y me lo compré. Como no podía mantener a los 2 perros, y además eran los 2 machos y se peleaban, le regalé a un amigo a Pesyí para quedarme con el perro de raza. De qué se me puede culpar, al fin y al cabo, estaba cumpliendo el sueño de mi vida.

Los primeros meses extrañaba mucho a mi perro Pesyí, pero como lo tenía un amigo, me pasaba de vez en cuando por su casa a verlo. Cada vez que iba, me apartaba el hocico cuando me disponía a acariciarlo. Era como si estuviese dolido conmigo por haberlo traicinado. Los perros se dan cuenta de todo.

Resulta extraño que cada vez que iba a ver Pesyí, fui observando que mi amigo parecía llevar un tren de vida cada vez más alto. Al poco de llevarse a Pesyí, se mudó de su casa humilde a un chalé con piscina, y cambió su coche utilitario por uno de alta gama. Sin querer entrometerme demasiado en su vida, le hice algún comentario al respecto, y él se limitó a decirme que en su trabajo lo habían ascendido de peón a oficial y de ahí su prosperidad económica. No terminó de convencerme su explicación, pues aún con el ascenso profesional, no era normal el cambio tan brusco de nivel de vida.

Hace unos meses, de casualidad, por una tercera persona me enteré del motivo real del incremento meteórico en cuanto a la economía de mi amigo se refiere: resulta que Pesyí nació con un don especial, el de olfatear trufar, y cada vez que mi amigo sale al campo con él, vuelve a casa con 2 o 3 kilos de trufas, y de ahí que se esté forrando. Esta cualidad de Pesyí es algo que yo desconocía, porque no lo llevé nunca al campo y es normal que no la descubriese. Le he dicho a mi amigo que me devuelva a Pesyí, pero me dice que no me lo deja ni para irse de vacaciones. Se lo lleva con él un mes a Dakota del norte. Luego he sabido que en Dakota hay muchas trufas y ya entiendo porqué se lo lleva. El mamonazo no pierde tiempo ni en vacaciones. Como sea tengo que encontrar la msnera de recuperar a mi sabueso trufero Pesyí. Lo echo tanto de menos que a este paso me voy a deprimir sin él.