D. Méndez

Tu cuerpo no dice promesas

¿Cómo puede un beso
despertar en mí
una cadena de clichés
que juré nunca pronunciar?

¿Cómo es que tus caricias,
tan suaves, tan exactas,
me hacen sentir amada
como en los libros que escondía de niña?

Tu cuerpo no dice promesas,
pero me las cumple.
Tu boca no jura amor,
pero me lo escribe en la espalda.

Y aquí estoy, temblando,
como si un “te amo” se tejiera
entre cada roce
que haces sin palabras