Barrio Gandolfo, de ayer
el de las calles de tierra
déjame, que hoy vuelva a ver,
en ese ayer mi presencia.
.
Recuérdale a mi existencia
al chango, que en la niñez
en la calle San José
disfruto de su inocencia.
.
Deja que allá en su despensa
me sonría doña Ríos
o la viejita Bertola
me venda harina de trigo.
.
Permíteme de mi madre
sentir de nuevo su abrazo
y por la tarde a su quinta,
el ver regar a mi padre.
.
Que en los fines de semana
al son de algunas guitarras
vuelva a ser, Pista la Horquilla,
aquel patio de mi casa.
.
Devuélveme a la niñez
y de la niñez su encanto
que hoy requieren de su canto
las noches de mi vejez.