🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮

Kenopsia

 

Kenopsia

Nací en algún momento, no lo dudo,
con algo de escritor y de poeta;
mas gracias doy al cielo, cual profeta
que ha sido de mi vida gran escudo.

Por tanto, no nací entre multitudes
ni tengo el corazón como baraja,
me caigo y me levanto en sube y baja,
siguiendo lo que quiero con virtudes.

No busco las coronas ni banquetes,
ni lumbre tan fugaz de los cristales;
prefiero el habitar los manantiales
en donde beba a gusto sin billetes.

Sé que hay luz en el rincón más olvidado,
y un temblor que aún reza entre las ruinas;
por eso busco auroras, no vitrinas,
y escribo en el silencio no habitado.

El alma, aunque vacía, en cada instante
se acerca al manantial que da la lira:
aquel en donde el hombre ve y respira,
sabiendo que el espacio está adelante.

Yo sé que en cada sombra se origina
el canto de cual ave al escenario;
mas tengo por certeza y por breviario
que vive quien no piensa ni imagina.

Pues basta con latir bajo la arcilla,
previendo si la flor dará su canto;
vivir no es comprender, sino ese manto
que arropa lo invisible y lo acribilla.

En quien no busca nada, todo encuentro,
en quien se pierde y sale, se van hoscos
que somos para el mundo seres toscos,
que en vez de hacer orilla, fijo al centro.

Mas tengo por camino lo que pienso
y pongo por constancia lo vivido,
que siendo un hombre joven no vencido,
camino con placer hacia lo inmenso.

Yo vivo mi kenopsia como un trino,
que lejos de hacer eco, dicta rimas,
así es que vivo y digo: las tarimas
son faro en mi lumbrera y mi camino.

En donde está el silencio, encuentro nombre
de ser lo que no he sido y que quisiera,
pero algo que me impide y que lidera
se llama pensamiento de un buen hombre.

Testigo es mi interior de lo que escribo,
es algo de vacío a manos llenas;
es letra con espíritu de antenas
que forjan la constancia en un estribo.

Escucho lo ignorado que es alerta
y dejo aquel revuelo de las cosas:
vacío es lo que existe sin las rosas,
aquellas que embellecen cada puerta.

Así, que aquel vacío es el despojo
de todo lo que inunda y nos entume.
Kenopsia es el motivo en cual presume
la vibra que es frugal sin ser enojo.

Quisiera destrabar lo que hay por dentro
y hacer con lo que tengo un anaquel;
porque soy un poeta de papel
que implora renacer en el encuentro.

Que el pecho sea grande biblioteca,
papel de piedra rara allí se encuentre;
porque la mente siempre es más que un vientre,
que engendra y da lugar a su jaqueca.

Por tanto, aquel que es solo y se lamenta,
y vive atormentado, sin salida;
es alguien que no sabe de la vida,
que piensa en la mentira en que se inventa.

Por eso es el vivir, la mejor forma,
la casa no habitada con sustento;
se muere quien no le abre al pensamiento,
viviendo en el vacío que transforma.

La muerte no es biológica, se entiende
y siendo así, de veras, nadie pasa.
La vida es una flor, es una brasa
que versa del amor y no se vende.

                        Samuel Dixon