Hay noches donde mi alma
se abre de par en par a la tristeza,
como un inmenso cielo
que se abre ante las infinitas estrellas.
Me envuelven las lágrimas
que al partir de mí ya no regresan,
y son una parte del tiempo
que lentamente va borrando las huellas.
Desnudas quedaron las palabras
que calladas en el viento vuelan,
y el dolor me recorre por dentro
donde las heridas no se curan y me laceran.
Soy yo quien insiste en esta nostalgia
donde la vida es un tiempo que no espera,
donde debo confesar que tengo miedo
y ¡mi miedo es que ya no me quieras!