JoJo Quezada

Para no morir de realidad

Nietzsche dijo alguna vez que el arte sirve para no morir de realidad

pero él murió de sífilis.

 

Conozco un amigo que sería capaz de degollarse sobre hojas blancas para hacer de suicidio un poema

pero no creo que entiendan lo que quiso decir

al final solo será “otro pobre artista deprimido intentando llamar la atención”

porque así son los artistas

histriónicos, exagerados, extravagantes.

 

El poeta más famoso de mi barrio está preso por vender basuco

yo no era su cliente

pero dicen que tenía buen material

no lo sé, nunca lo leí,

pero el basuco que ofertaba era una mierda.

 

Cuando era joven y drogadicto

me despertaba con el aliento a muerto

rodeado de un infierno ardiente que no disminuía su frecuencia.

 

Conocí a muchos artistas del desastre que también eran drogadictos.

 

Ahora que soy más grandecito y estoy más centrado en mi vida

puedo decir que Nietzsche se equivocaba

tenemos realidad para no morir de arte

de artistas

o de creer que somos artistas.

 

Es bueno elevarse y jugar con las navajas

pero entre las alturas y cortadas

siempre hay uno que sale herido

o que se muere.

 

De los que no aguantaron el voltaje se habla en los recitales

se les hace homenajes y se les hecha flores muertas

no hay que olvidarse de los muertos

muertos de hambre, de vicio

muertos de soledad, de poesía.

 

Ellos nos dejan lecciones intangibles 

como no mezclar clonazepam con guanchaca

después de inhalar cocaína toda la noche.

 

Para el cementerio que llamamos público

la poesía, el desastre, la adicción, el sexo, la sífilis, el nihilismo

no tienen precio.

 

Para todo lo demás,

drogas, putas, amigos, familia,

existe Diners Club.