el brujo de letziaga

Rebelde.

¡Ay, madre!
Qué tienes, qué te pasa, dime.
Tan insistente.
Quizás no sea correcto irme. Lo sé.

 

Pero déjame libre,
que mi esencia vuele que yo cantaré,
y no vuelvas a decirme...
¡Quédate!

 

A mi modo. Rebelde.
Hacia un ente que no me pertenece,
que el alma me remueve,
y yo le digo que si, cuando me sonríe...

 

El cual me percibe
como una voz aislada que no fluye,
pero me dice
que la vida esta hecha para ser libre...