La Catedral
Construida está, al fin, la catedral,
—no de mármol frío que detiene el tiempo—
—no de madera noble, raíz de vida—
—no de cristales teñidos que esconden el alma—
Construida está de palabras:
de amor, de abandono, de perdón,
de resiliencia, de gratitud, de fe,
de silencio.
Del universo único, grandioso,
donde somos todos uno,
como ríos que desembocan
en un océano eterno.
Y nos entenderemos,
con la luz del alma que nos envuelve,
con palabras que son puentes,
con poesía que es estrella,
guiándonos hacia la eternidad,
uniéndonos en la verdad que somos.
¡Con palabras!
¡Con poesía!
Hay templos de piedra...
y hay templos que solo se alzan con palabras.
— L.T.