christiancci pendragon

Un jardín de rosas que nunca quiso florecer

Y al final,

fuiste un jardín de rosas que nunca quiso florecer.

Y yo, como el sol,

alumbré la tierra con todas mis esperanzas

puestas en ver brotar tus pétalos,

algún día cercano.

 

Caminante silente,

transitando la senda con el anhelo

perdido de hallar tierra fértil,

presuroso como quien solo

desea que el día termine

para rendir su alma cansada bajo

cualquier tronco marchito

de besos y abrazos olvidados.

 

Como una luciérnaga solitaria en la noche,

brillas con luz extraña en medio

del misterio y la neblina,

atrayendo la mirada

de quienes el insomnio no deja dormir,

y de aquellos que,

bajo el peso asfixiante de su propia sombra,

velan con dolor su próximo día.

 

Un día más… o un día menos.

Paso tras paso,

arrastro los pies pesados

por la carga de los años

y las desilusiones,

con la cabeza en alto

solo por orgullo,

por rabia,

por terquedad.

 

Soy ese sol que se apaga

a la espera de un milagro

que aún me sorprenda;

tu semilla infértil

de un quizá remoto.