LUIS ROMERO

Solo somos carne

 

 

Somos carne condenada

al abrazo de la flama

que nos espera y nos llama

hacia el jardín de la nada.

Con la fe desencajada

solo esperamos el turno

para que este cielo diurno

se nos cubra de negrura

y en alguna sepultura

los gusanos sean Saturno.

 

Somos carne destinada

para el placer del helminto

y a ser un recuerdo extinto

en memoria macerada.

Carne que está encadenada

a la mórbida promesa

de ser de la muerte presa

en algún cielo ilusorio,

pero fosa o crematorio

es lo único que nos besa.