José Luis Barrientos León

Desconsuelo

 

De pronto un desconsuelo añejo se aloja en la piel,

no es un nuevo desconsuelo,

es el mismo que ha divagado por años

entre mi cuerpo y la almohada

el mismo que ha inundado la habitación

besándome los recuerdos

dejando sus marcas por los caminos de la memoria

salpicando de tribulación los huesos y las palabras.

 

El verbo es un fantasma esperando un milagro

mezclando los sonidos de la noche

entre Padres Nuestros y silencios

que intentan apiadarse de las aflicciones

hospedadas en lo más oscuro

sin darnos esperanza

dejando las palabras partidas

sumergidas en sangre