Quisiera que este amor,
ella también lo notara,
como a veces sabe leer
La preocupación escrita
en mi rostro.
Que un día cualquiera en el paseo de la rutina,
No fuera de su boca la pregunta curiosa;
-¿Qué te pasa?¿Qué te preocupa?-,
Más bien contemplara mis ojos cansados
Y al fin sus labios murmuraran:
-¿Cuál es ese amor que te andás?-
Para yo desdoblarle mi credo
y llorarle este amor,
como llora un niño
buscando consuelo,
hasta quedarme quedo
dormido en su regazo,
igual que una carta
que se queda sin letras.