Ante un mal recuerdo del pasado,
brotas como licor venenoso,
y recorres mis venas dulce y ponzoñoso.
Y aquí te siento,
silenciosa, fértil y asquerosa,
como una larva que roe sin compasión mi pecho.
Acorralas al guerrero impávido
que pelea contra su sombra
y se hunde sin remedio
en tu caricia sin rostro.
Hambrienta y marchita,
lamías mis grietas más hondas,
pero al sentir tu filo existencial,
la sangre que brota de mis venas
me canta el fuego que no cesa.
Autora: Wummie